Juanjo Díaz-Portales
Fotos: Romero, Cuesta y JJDP
La imagen de San Blas realizó en la soleada y fría tarde del domingo 3 su tradicional salida procesional acompañada de fieles, cofrades de otras hermandades, niños y niñas con trajes manchegos y autoridades religiosas y civiles, encabezadas respectivamente por el párroco, Luis Villena, y alcalde, Antonio López de la Manzanara.
La procesión puso fin a esta fiesta con la que culmina el ciclo de los "santos viejos". El frío restó algo de público, aunque fueron muchos los fieles que acudieron a comprar las típicas rosquillas de pan o a besar la reliquia a la ermita del santo. A lo largo de la "carrera" de costumbre, la procesión se encontró con muchos balcones engalanados, siguiendo las recomendaciones hechas por la nueva Asociación de Vecinos del barrio de San Blas.
El 3 de febrero, por coincidir con domingo, no se celebró la tradicional función solemne, que se adelantó a la jornada del sábado por la mañana. Ese día, a las ocho en punto de la tarde, se quemó ante la ermita la tradicional hoguera, con mucha cepas que ayudaron a mitigar el frío y permitieron unas ascuas ideales para asar a la parrilla chorizos, morcillas y demás viandas.
En el histórico entorno no faltaron las palomitas de maíz, la barquillera ni la barra atendida por la banda de cornetas y tambores del Santísimo Cristo Resucitado, que también participó el domingo en la procesión.
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