6 may 2012

Cigüeñuelas, ánades y pollas de agua dan vida al Azuer



El muchas veces denostado río Azuer no nos deja de sorprender. Si hace un par de años hizo un reivindicativo alarde de fuerza con su desbordamiento, ahora acoge a distintos tipos de aves acuáticas que ofrecen bellas estampas primaverales a su paso por Manzanares.

Una cigüeñuela en el Azuer a su paso
por Manzanares (4-5-2012)
Desde hace semanas, el tramo del Azuer que discurre junto al Paseo de la Isla Verde, tiene nuevos habitantes. Los primeros que llaman la atención son una pareja de cigüeñuelas comunes (Himantopus himantopus) que inspeccionan el río a uno y otro lado del Puente de los Pobres. Caminan gráciles con sus delgadas y largas patas en busca de alimento que atrapan con su fino pico. No menos llamativo es su vuelo, con su peculiar graznido.

Pareja de ánades reales en el Azuer (3-5-2012)
Las cigüeñuelas tienen como vecinos a varias parejas de patos. Se trata de ánades reales (Anas platyrhynchos) que ya han conseguido tener crías. A los pequeños pollos es más difícil verlos de momento, pero ya salen a nadar tras su madre a primera hora de la mañana. Tanto al macho como a la hembra, claramente diferenciados por su plumaje, se les ve nadando por el río, aunque su desconfianza natural hace que levanten el vuelo con rapidez ante la presencia de cualquier intruso.

Esta comunidad de vecinos la completa la polla de agua o gallina de agua (Gallinula chloropus), con su peculiar pico rojo. Es más difícil ver algún ejemplar en este tramo del río, ya que se mueve entre los carrizales y zonas de más vegetación.

Basura tirada en las márgenes del Azuer (4-5-2012)
Lo triste de esta agradable noticia es eso, que sea noticia algo que debería ser normal y natural, pero que los seres humanos, con embalses, sobreexplotación de acuíferos, vertidos, “limpiezas” de los lechos del río y otros muchos desmanes, nos hemos empeñado en cambiar.

La presencia de estas aves no deja de ser un buen indicador del nivel de degradación o contaminación del río. Sin embargo, la cercanía a la población convierte su cauce en el basurero de algunos desaprensivos que arrojan desechos e inmundicias que sería más cómodo y fácil dejar en contenedores o papeleras. Hace unas semanas, el Ayuntamiento de Manzanares informaba de la retirada de un contenedor lleno de residuos recogidos en un tramo seco, del canal paralelo a la Avenida de Andalucía. 
Y eso en apenas 350 metros.

Un río no es una cañería que arrastra la porquería que les caiga. Es un manantial de vida, el hábitat de numerosas especies animales y vegetales. Ahora en el Azuer tenemos este pequeño ecosistema que es toda una delicia de contemplar.

Este “milagro” ha sido posible gracias a unos años generosos de lluvias y a un caudal constante en los últimos años, con altibajos, pero continuo, a excepción de algunos días de la canícula. De ahí la importancia de mantener un caudal ecológico. Esa deseable posibilidad existe desde el embalse de Vallehermoso. Es más, seguro que las aguas del Azuer están poniendo su granito de arena en la recuperación de las Tablas de Daimiel y en ese otro milagro de la naturaleza que es el reafloramiento de algunos Ojos del Guadiana.



1 comentario:

  1. Muy interesante esta información.
    Se nos suele olvidar que tenemos un río, además de cuando se desborda o para tirar la basura.
    Y un río con agua es vida, no necesariamente peces para pescar, también otros animales sobreviviendo.

    ResponderEliminar