12 ago 2012

El novillero Carlos Aranda firma lo más destacado del homenaje a Sánchez Mejías



El joven novillero de Daimiel, Carlos Aranda, cortó una oreja y cuajó la mejor faena del festival taurino-flamenco celebrado en la noche del sábado en la Plaza de Toros de Manzanares con motivo del 78 aniversario de la cogida mortal que sufrió en este ruedo el torero Ignacio Sánchez Mejías. El que salió a hombros fue el rejoneador de Miguelturra, Miguel Ángel Martín. Completó la terna el torero Luis Miguel Vázquez, al que un eral huidizo le hizo irse de vacío. Los tres ejemplares lidiados eran de la ganadería de Manuel Ángel Millares, empresario de esta plaza.

Cuadro flamenco que amenizó el festejo

El coso de la Avenida de Andalucía celebró este sábado, 11 de agosto, el cuarto festejo taurino de la temporada. La empresa Torosanda, con la colaboración del Ayuntamiento de Manzanares y de la peña taurina Ignacio Sánchez Mejías, propuso un novedoso espectáculo que combinó poesía, toros y flamenco para homenajear al torero sevillano que perdió su vida hace 78 años tras ser corneado por el toro “Granadino” cuando comenzaba su faena de muleta sentado en el estribo de las tablas del tendido 7.


"Tete" con la coleta de Sánchez Mejías
En ese mismo lugar, la poetisa valdepeñera Teresa Sánchez Laguna (Tesala) recitó al inicio del acto el poema “La sangre derramada”, del Llanto por Ignacio Sánchez Mejías que escribió Federico García-Lorca, acompañada a la guitarra por Quintana de Valdepeñas, quien formó parte del cuadro flamenco que amenizó el festejo desde la meseta de toriles en un curioso maridaje taurino-musical.

Juan García Espinosa presentó el acto y agradeció al Ayuntamiento que se recuerde nuestra historia y nuestra cultura, y resaltó la figura de Sánchez Mejías, además de como torero, como hombre de la cultura y promotor de la Generación del 27. Dionisio Pérez “Tete” llevó la coleta que el torero perdió aquella fatídica tarde del 11 de agosto de 1934. Un ramo de flores quedó sobre las tablas del tendido 7.

Con un cuarto de entrada de público y bajo la presidencia de la concejala de Sanidad, María José Aranda, la terna hizo el paseíllo con traje campero y con música flamenca de fondo, con Ángel Portillo “El Porti”, María Ángeles de Almedina y Roque Barato, al cante; Quintana de Valdepeñas y Luis Fernández a la guitarra; y Antonio “El Jaro” a la percusión.
Martín en la lidia del primer eral


El rejoneador Miguel Ángel Martín abrió plaza. El eral no auguraba éxito tras caer repetidas veces. Sin embargo, aguantó el tipo gracias a la buena lidia que hizo el caballero de Miguelturra. El de “Los Millares” se mantenía y el rejoneador pudo lucirse con pares de banderillas y con las cortas. Tras matar de un certero rejonazo logró la puerta grande al concederle el público las dos orejas.

Luis Miguel Vázquez al natural
El matador daimieleño Luis Miguel Vázquez no tuvo fortuna y acusó la falta de festejos. Recibió bien al capote. Luego se intentó acoplar con la muleta pero el eral buscó continuamente las tablas y acusó el tercer par de banderillas que la presidencia obligó a colocar aunque el diestro pidió antes el cambio de tercio. El animal fue huidizo y Vázquez apenas pudo darle unas tandas en condiciones. Entró a matar de forma apresurada sin éxito y consiguió a la tercera una estocada entera tras un pinchazo muy delantero. El público le premió con la vuelta al ruedo.

Carlos Aranda tras cortar una merecida oreja
Lo mejor de la noche llegó con Carlos Aranda, novillero que estuvo muy torero, gustándose y cuajando una notable faena. Avisó con la capa por tafalleras. Luego se ganó una gran ovación al dirigirse al tendido 7, santiguarse con el sombrero mirando al cielo y colocar una flor en el estribo donde fue corneado Sánchez Mejías 78 años antes.

Miguel Ángel Martín abrió la puerta grande
Brindó la faena a Manuel Ángel Millares y se fue a por todas. El vivaz eral, que entró dos veces a banderillas, recortó la embestida por el pitón izquierdo pero fue de dulce por el derecho. Aranda lo entendió y basó su toreo por este lado, citando desde lejos y gustándose, poniendo mucho arte en el ambiente flamenco del festejo. Una lástima que no se pudieran oír más los olés por el volumen de la música en directo. No tuvo suerte con la espada y a la tercera consiguió una buena estocada que precisó de descabello. De todas formas, el público reconoció su esfuerzo y pidió sin éxito la segunda oreja.

El rejoneador salió a hombros tras un entretenido y original festejo que terminó con la lectura del poema “Alma ausente”, de la citada elegía que inmortalizó Lorca.

Texto, imagen y fotos: Juanjo Díaz-Portales

Vídeo resumen del festejo:

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