Acaba de publicar el libro "Nuestra Señora la Santísima Virgen María de Altagracia"
Juanjo Díaz-Portales
Gran amante de la historia de su "Manzanares de La Mancha", y hombre profundamente religioso, el octogenario Teodoro Sánchez-Migallón Arias ha recopilado en un libro de 167 páginas la historia de la patrona de la ciudad, la Virgen de Altagracia, desde su origen en el Siglo XIII hasta nuestros días. El autor resalta así la importancia que esta advocación de la Virgen ha tenido históricamente en Manzanares.
Teodoro Schez-Migallón |
Así lo explica el autor en la introducción que a modo de prólogo abre el libro tras los saludos de los párrocos de Altagracia y de la Asunción, Jerónimo López y Luis Gallego, respectivamente. El primero recuerda que Teodoro Sánchez-Migallón le sugirió que se formara una cofradía para venerar a la patrona y titular de la parroquia a la que llegó en 1986, aunque optó por la evangelización. Por su parte, el segundo que habla de Manzanares como "tierra de María", recuerda que la actual parroquia de la Asunción lo fue antes de Santa María de Altagracia, y desea que se cumpla el anhelo del autor de ver procesionar a la patrona con el respaldo de una cofradía "que vivamente promueva el amor a Nuestra Señora de Altagracia".
Luis Gallego Villena dice que Teodoro Sánchez-Migallón sería "piedra angular en la construcción de este monumento de piedad mariano" de cumplirse este deseo. "Ha reivindicado usted un amor mariano que parecía diluirse con el correr de los tiempos, ha sacado del cofre de los tesoros de este pueblo una de sus mejores perlas: su acendrado amor mariano", escribe el párroco al autor.
El libro es una sucesión de artículos sobre la patrona y la historia de Manzanares que arranca con la advocación de "Altagracia", la fundación de la ciudad con el castillo, las capillas o iglesias de Altagracia que se sucedieron, sus cofradías, la construcción del templo parroquial y su vinculación con la patrona, hasta la construcción de la ermita de la Virgen de Gracia a las afueras de la ciudad -hoy plaza del Gran Teatro- y que fue destruida en la Guerra Civil.
También habla de fiestas, tradiciones y leyendas, de la construcción de la nueva parroquia de Altagracia, en cuya junta de obras fue tesorero el autor, de sacerdotes, etc. Y en la segunda y tercera partes, Sánchez-Migallón se centra en las distintas advocaciones de la Virgen de Altagracia o Virgen de Gracia en el mundo.
Jamas entenderé por qué los Parrocos de Altagracia no quieren que haya una cofradia ni que se procesione a nuestra Patrona. Es el anhelo de los manzanareńos contra el impedimento de los parrocos. A ver si con este libro empezamos a movernos y lo conseguimos, porque Manzanares quiere ver a su Patrona por las calles de su pueblo.
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