19 ene 2013

Cuestión de confianza


Opinión


Jerónimo Calero

Ahora toca hablar de confianza: Confianza de los inversores extranjeros que ven que España saldrá del agujero gracias a las medidas que ha tomado el gobierno, aunque estas sean tan drásticas como cerrar durante la noche  veintiún centros de urgencias en Castilla-La Mancha porque, se supone, el  enfermo puede esperar quince minutos mínimo para llegar al  Centro de Urgencias más cercano, o morirse en el camino, que también sería una manera de ahorrar. Confianza en la exportación, que parece que remonta; en el turismo que llena nuestras plazas hoteleras; en la prima de riesgo que se va alejando de la zona peligrosa; en  los análisis que de nuestra economía hacen países como Estados Unidos. Confianza.

Yo, de verdad, de economía no sé un pimiento. Pero me da a mí que la situación, al menos la que se palpa en la economía doméstica, no va a mejor. Otra cosa serán las grandes cifras, esas que casi nadie sabe contar y que son tan abultadas que pueden inflarse o reducirse a voluntad para  que, según convenga, sean exportadas y explicadas por los analistas.

Lo que nadie puede negar es que la vida ha subido más de ese 2,9 que nos dicen; que los ajustes familiares siguen creando una crisis de poder adquisitivo y de  consumo que es la que verdaderamente sentimos los de a pie; que el panorama sigue siendo sombrío a pesar de las interesadas noticias sobre la mejor marcha de la marca España –que digo yo que lo de las marcas es un invento de snobs  y pijillos que debería ser abolido para hablar en su lugar con la autenticidad de  criterios de los que carecen los eslóganes comerciales-.

La confianza o la credibilidad, son solamente sensaciones, algo tan intangible que dependerá de lo repetitivos que sean quienes estén interesados en divulgarlas para que calen en la masa, que eso somos, al final, quienes les otorgamos el poder. Pero está bien, a pesar de todo, que se intente generar  una mínima dosis de esperanza. Hay un axioma en el mundo del comercio que advierte  que si uno no cree en lo que dice no será capaz de hacerlo creer a quien lo escucha. Y ahora toca hacer creer ¿a quiénes? que estamos viendo la luz al final del túnel. Ojala fuera verdad. Pero creo que aún los verdaderos problemas , el del capital o el de la corrupción siguen en la cuerda floja sin que a nadie parezca interesarle hacerlos caer de las alturas.

Paraísos fiscales de vergonzantes políticos que han tenido la desvergüenza de robar a quienes les dieron su confianza en las urnas; de empresarios que han desbaratado   la infraestructura de sus fábricas porque era más rentable llevar a confeccionar sus fabricados donde la mano de obra es esclavista, sin importarles que la calidad sea ínfima o los beneficios sean fruto de explotación infantil  o de salarios de miseria; estafas con pedigrí que nunca serán aclaradas porque habría que llegar tan alto que da miedo; contubernios  que salpican hasta los familiares de tercer grado; enchufismo, escapismo, mangoneo y todo lo que permiten las malas artes de la mala conciencia, cierran el paso a esa confianza que ahora nos quieren vender.

Nos repetimos. Es probable. Pero es que no hay otro camino para quien no tiene más armas en su lucha que la impotencia o la resignación. Y nos gustaría cambiar el tercio; dejar de relatar la parte escabrosa de la fiesta y vitorear a los triunfadores de la terna que se lo merecieran por su labor. Pero hoy por hoy, la clase política no inspira confianza; ya se ha demostrado lo fácil que resulta desdecirse, decir diego donde se dijo digo, arrimar el ascua a la propia sardina, justificar lo injustificable en aras de una presunción de inocencia  que pasa por el temor de quienes piensan que pueden verse salpicados.

Yo quisiera confiar. Después de todo es lo único que puedo hacer además de asomarme a esta página. Pero la confianza es una fruta de difícil maduración. Pende de la rama, se bambolea con el viento, parece que va a caer… hasta que llegan los grajos y se la comen. Y hay demasiados grajos aguardando el momento del  picotazo.

6 comentarios:

  1. Vaya rollo que has escrito. En esta ocasión, siento no poder felicitarte.

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  2. Enhorabuena,cuanta razon tienes-

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  3. Por una vez estoy totalmente de acuerdo contigo,esos que hablan de confianza deberian pasarse por este nuestro pueblo por ejemplo, y ver los comercios que cierran, las empresas que echan al paro a sus trabajadores, los pensionistas cada vez con menos poder adquisitivo, y un largo etc.,y si salimos de este nuestro pueblo, ya que te voy a contar, pero claro mientras tanto hay gente (por llamarlos de alguna manera) que evaden sus impuestos,no declaran sus beneficios,etc.etc.,¿y a quien le toca cargar ¡¡¡a los de siempre¡¡¡, a esos que dicen que son españoles deberia de darles verguenza. Tengo que decir (no se si se te ha pasado) que hay otro tema mucho peor que todos los que has dicho, que no son pocos- el tema de los desaucios, la otra noche viendo el programa de Mercedes Milá se me hizo un nudo en la garganta viendo familias con sus hijos que no tenian ni para comer.

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  4. Siento no estar de acuerdo con usted en todo, señor Calero.

    No podemos esperar que, de un día para otro, todos tengamos trabajo, cobremos un dineral, y disfrutemos de una vida multicolor, lleno de alegría y de bondad.

    Indudablemente éstos últimos años se están haciendo largos y duros, como el invierno, y está claro que estamos hasta el "invierno" de ésta situación.

    Una vez hallamos tocado fondo -creo que ya lo hemos hecho- nos toca emprender de nuevo el camino, empezando por desgracia, desde ese fondo.

    De ahí que sea tan importante tener esa confianza.

    En cuanto a los escándalos fiscales, estoy tan indignado como el que más, aunque me gusta pensar que ahora no hay más sinvergüenzas que hace veinte años, sino que ahora disponemos de medios más sofisticados y eficaces para descubrirlos.

    Ahora lo que hace falta, es que esos instrumentos sean igualmente eficaces para castigar esas corrupciones y escándalos fiscales. Dada la enorme relevancia que actualmente tienen esas noticias -gracias en gran parte, a las redes sociales-, espero que así sea.

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    1. No esperamos tener trabajo de un día para otro, ni cobrar un dineral, ... y parece que tampoco hemos tocado fondo sobre todo después de la EPA del día de hoy, en estas circunstancias ¿que confianza vamos a tener?.

      Y entre tanto el Sr. Alonso del PP, sale diciendo que va a proponer un pacto anti-corrupción, ¿va a proponer un pacto para ser honrado? ¿o para que los escándalos fiscales sean proporcionales al número de miembros del Congreso?. Desde el momento que proponen ese pacto están admitiendo que son corruptos, todo lo contrario de lo que debería suponerse, que son honrados.

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    2. ¿Que pasa Jose? ¿que cuando te responden con argumentos se acaban los tuyos?

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