Saludo de Navidad del Presidente de la Diputación de Ciudad Real

MARX

Nemesio de Lara
Presidente de la Diputación
de Ciudad Real

La verdad, cuesta trabajo escribir algo original que no suene a rollo institucional, a manido mensaje navideño, a vanidad política de que estás haciendo las cosas mejor que nadie.

Es tanta la gente que lo está pasando mal, que me parece frívolo decir algo que no esté dirigido a quienes tienen rota la esperanza y no alcanzan a ver más allá de su propia miseria, a quienes intentan sobrevivir, al menos, con las necesidades más básicas cubiertas: comer, beber, “respirar”… como si lo demás fuera un lujo del que disfrutaban hace cuatro días.

Cuando en la lejana juventud leíamos casi a escondidas a Marx (faltaban unos años para que falleciera el dictador), encontrábamos en su pensamiento las ideas que daban razón a nuestra rebeldía, a nuestro callado anhelo de cambiar el mundo. Marx se fue quedando en el camino cuando empezó a brotar la Democracia, y cualquier apelación a su doctrina desapareció del ideario del PSOE en el Congreso extraordinario de Septiembre del 79, al que acudí. Diez años después (Noviembre del 89) se producía casi su enterramiento global, en expresión muy reduccionista, claro, con la caída del Muro.

No me he vuelto marxista de la noche a la mañana, entre otras cosas porque el pensador de Tréveris fue brutalmente lineal al explicar la historia desde su exclusiva concepción materialista,  porque no es factible la sociedad sin Estado, que viene a propugnar, etc., etc. Un artículo como este da de sí lo que da de sí. Pero hoy, con la que está cayendo, sí estoy viviendo la necesidad de releer al que es uno de los principales  pilares de la ciencia social moderna.

¿Acaso no es hoy verdad lo que escribe irónicamente?: “El dinero es el bien supremo, luego es bueno su poseedor; el dinero me evita, además, la molestia de ser deshonesto, luego se presume que soy honesto; soy estúpido, pero el dinero es el verdadero espíritu de todas las cosas, ¿cómo podría carecer de ingenio su poseedor? Él puede, por lo demás, comprarse gentes ingeniosas, ¿y no es quien tiene poder sobre las personas inteligentes más talentoso que el talentoso? ¿Es que no poseo yo, que mediante el dinero puedo todo lo que el corazón humano ansia, todos los poderes humanos? ¿Acaso no transforma mi dinero todas mis carencias en su contrario?”. El dinero, el dinero, el dinero. ¿Existe sobre la Tierra verdad más irrefutable que la de que la economía financiera, el capitalismo salvaje y gansteril, no el de los emprendedores productivos y honrados,  ha llevado a millones de seres humanos a la miseria y les ha inoculado, además, el vergonzante sentimiento de culpa para que sean los miserables los que vengan a salvarlos a ellos, bancos, banqueros, especuladores de lo virtual, de lo explícitamente inhumano?

Sobre el consumismo: “El trabajador pone su vida en el objeto, pero a partir de entonces ya no le pertenece a él, sino al objeto”. ¿No es cierto que la felicidad entendida como el disfrute del tener, de poseer, de consumir, ha sido el norte de nuestras vidas y que hemos inoculado a nuestros hijos esta identificación plana, que los tiene, y nos tiene, ahora sumidos en una doble depresión, la real del no tener y la subjetiva del sabernos expoliados de nuestro instrumento de felicidad.

Sobre la igualdad: “De cada cual, según sus capacidades; a cada cual, según sus necesidades”. Resumen conceptual perfecto de lo que muchos entendemos por Estado Social. 

Sobre el dolor humano: “Las condiciones absolutamente desesperadas del tiempo en que vivo me llenan de esperanza”. Y: “La peor lucha es la que no se hace”. No es posible que esta situación pueda sostenerse durante mucho tiempo. Si medio mundo pasa hambre (también aquí cerca vemos y tocamos a los famélicos), y muere por ella, y otro medio sufre problemas de obesidad; si en España, por ejemplo, más de la mitad de nuestros jóvenes están parados y ya se reconocen a sí mismos como generación perdida; si en el planeta hay recursos suficientes para vivir todos juntos en paz y en bienestar (la voluntad de vivir en esas condiciones es la mejor definición de patriotismo que he leído en mi vida), ¿es ingenuo pensar que estamos abocados a una lucha, Dios quiera que incruenta, marcada por la esperanza?

Desempolvar a Marx… Para algunos puede resultar hasta escandaloso. Para los que escépticamente dudaron (dudamos) de su “la historia se repite una vez como tragedia y luego como farsa”, aleccionador. Para los que se creyeron lo del fin de la historia de Fukuyama, casi humillante. O el hombre vuelve a estar en el centro de la Humanidad (aunque suene a pleonasmo), o estamos perdidos todos, incluidos los ladrones de la felicidad.

Pero es Navidad. Y yo deseo de corazón que disfrutéis de vuestras familias y que el 2013 os traiga más de lo que esperáis de él.

NEMESIO DE LARA GUERRERO