A pesar del aviso de crecida, el caudal ha disminuido desde el miércoles
Juanjo Díaz-Portales
A pesar del aviso de crecida realizado a los vecinos de zonas limítrofes, las aguas del río Azuer empiezan a volver a su cauce. El caudal sigue siendo muy importante, pero ha disminuido desde el pasado miércoles, día en el que alcanzó el máximo de esta crecida y que, afortunadamente, no llegó a los niveles de la que tuvo lugar hace tres años.
En zonas como el “huerto de la Adela”, junto a la Avenida de Castilla-La Mancha, el agua ha comenzado a desaparecer, algo a lo que favoreció la primaveral jornada del viernes, en la que muchos curiosos aprovecharon para comprobar este insólito aspecto del río y de sus riberas, donde la presencia de patos y cigüeñas ha contribuido al espectáculo.
El Ayuntamiento de Manzanares alertó del riesgo de desbordamiento del río Azuer y pidió el miércoles por la tarde a los vecinos que extremaran la precaución mediante notas de aviso repartidas por la Policía Local.
Sin embargo, la situación a lo largo del jueves y del viernes fue de relativa tranquilidad ante el descenso en el caudal del río respecto al que alcanzó el miércoles, el máximo de estos últimos días y a punto de rebosar en lugares como el Paseo de la Isla Verde. Aunque el río no llegó a desbordarse en las zonas próximas al casco urbano, sí lo hizo a la entrada de la población a un lado de la Avenida de Castilla-La Mancha así como en la salida de Manzanares en las inmediaciones de la A-4 y de la depuradora.
En Membrilla la situación también ha mejorado, aunque entre esta localidad y Manzanares el río sigue anegando zonas de cultivo aledañas. Río arriba, la que se conoce como “carretera de la vega” seguía cortada al saltar el agua sobre el asfalto.
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