¿Cuándo me hice ludópata?

Cartas al director

José Herrera Ramírez*
ATEJ

Yo no sé a ciencia cierta cuando me hice ludópata, lo único claro que tengo es que debía ser ya ludópata la primera vez que me metí a jugar ocultándolo en mi casa. Normalmente se dice que se rompe con el juego cuando pagas las deudas adquiridas por él. Por eso le dije a mi mujer de pagar la deuda adquirida con el préstamo que pedí al banco por culpa del juego, y ella con mucho sentido, me dijo que no, que se iría pagando mensualmente, y que así no se me olvidaría lo que había echo por mi adicción. 

Pienso que rompí con el juego la primera vez que fui a una terapia, pues allí me di cuenta del daño que había hecho a mi familia con mi adicción, el daño que yo me había hecho lo supe siempre, por eso me llamaba hijo de P. pues sabia que mi vida era una puta mierda llena de mentiras y ocultaciones, que hacía que sintiese asco de mi mismo, que pensase en quitarme la vida más de una vez.

Cuando salí de mi primera terapia pensaba que llevaba deberes para unos cuantos meses, y se han convertido en años. ¡Cómo me iba a seguir gustando algo con lo que tanto daño había ocasionado a mi entorno familiar, y a mi mismo, algo que me hacía mentir, ocultar, robar, y emplear más recursos y tiempo del que disponía! 

Mis primeros meses los viví con miedo, no fuese a cometer alguna equivocación o algún error. Luego ese miedo se fue convirtiendo en responsabilidad, algo que por mi adicción perdí, y que hoy en día he vuelto a recuperar, pero siempre desde la perspectiva, de ser muy estricto con las normas preventivas, que para mí no fueron ningún castigo, simplemente era y sigue siendo, lo que hace que me mantenga alejado de mi adicción y no olvidar lo que hice por el juego, pues considero que es la causa que más recaídas hace que se produzcan. 

El olvido y el pensar que ya se controla o que se esté curado, como he escuchado en terapia a personas que llegaban con recaídas después de muchos años, por lo menos dejaron alguna enseñanza, pues los hay que no han vuelto a aparecer por la asociación, y sabemos de muchos que están jugando, bebiendo o drogándose por no hablar de las apuestas en Internet o las compras o cualquier otra. 

En realidad es que estas personas no habían roto con su adicción, no dejaron de tontear nunca, no llevaban normas.

Yo no entiendo la palabra recaída, para mí no existe, yo puedo tener una equivocación o un error y reconocerlo y no ocultarlo, pues si lo oculto y luego se descubre como siempre ocurre, el que más sufre es el familiar pues se le vuelve a abrir la herida que ya se le causó cuando se enteró del problema. 

Esta es la causa por la que para mí no existe la palabra recaída. Esta persona ha vuelto a jugar porque ha querido, porque todavía no asume su problema, porque no le ha debido hacer el suficiente daño, etc. 

Cuanto más, las personas que en el plazo de un año y medio aproximadamente les ha ocurrido hasta tres veces, y no hablemos de las personas que con muchos años han vuelto a las andadas. Estas personas en realidad, para mí, nunca dejaron de tontear con su adicción.

* José Herrera Ramírez es el presidente de la Asociación Terapéutica del Juego de Manzanares, ATEJ, y tiene un blog dedicado a la información y prevención de adicciones al juego y nuevas tecnologías en la siguiente dirección: http://atejmanzanares.blogspot.com.es/