Aunque desgraciadamente la violencia no entiende de edad o género, el día 25 de noviembre fue declarado Día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer. Esto ocurrió en julio de 1981, y desde entonces éste es un día de reflexión sobre la enorme incidencia que la violencia tiene sobre muchísimas mujeres y niñas alrededor de todo el mundo, hasta el grado de que la UE califica esta lacra de fenómeno mundial y sistémico y hace hincapié en las graves consecuencias a nivel físico y mental que tiene sobre las víctimas, amén de la repercusión en el desarrollo de la propia sociedad, acrecentado por las enormes desigualdades de género que existen en muchos países y en especial en aquellos llamados “subdesarrollados” .
Entre los objetivos principales de las directrices marcadas por la UE están la de promover la igualdad entre mujeres y hombres, prestando especial atención a la educación y a los medios de comunicación (públicos en especial); recoger datos e indicadores objetivos; crear estrategias eficaces y coordinadas en todos los ámbitos políticos; castigar los actos de violencia y favorecer el acceso de las víctimas a la justicia.
Desde que se aprobara en nuestro país la Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, ésta contó con numerosos recursos y con la esperanza de muchas asociaciones de mujeres. Sin embargo esta Ley también nació con algunas carencias democráticas primordiales, tales como presumir el problema de la violencia de género únicamente la ejercida por el compañero (o ex-compañero) íntimo, dejando fuera la violencia ejercida sobre mujeres y niñas en otros ámbitos como la explotación sexual.
La asimetría penal entre hombres y mujeres a la hora de catalogar la violencia provoca que ésta sea minusvalorada si es ejercida por una mujer, la existencia de algunas denuncias falsas para conseguir compensaciones en situaciones de divorcio o custodia y la exclusión de gays y lesbianas al no considerar otros tipos de violencia que se producen dentro o fuera del ámbito exclusivamente de la familia, son asignaturas que aún están pendientes.
Pero más grave que todo eso es que a día de hoy debemos lamentarnos de que el número de mujeres que son asesinadas por sus parejas no ha decrecido en la manera en la que nos gustaría.
Hasta que no asumamos que la violencia es un problema de toda la sociedad, de mujeres y de hombres, que tiene que abordarse en la línea política de la UE y de los organismos democráticos internacionales y desde un consenso entre los partidos políticos no corregiremos estas injusticias y sectarismos, en UPyD estamos dispuestos a luchar por ese consenso en aras de conseguir una Ley más justa y eficaz, porque la lucha contra la violencia sobre las mujeres es objetivo primordial de la DEMOCRACIA y de la JUSTICIA.
Para finalizar, decir que UPyD en Manzanares se une a todos los actos que con motivo de este día se llevarán a cabo en nuestra localidad y anima a todos los vecinos a que acudan el próximo día 25 de noviembre a la concentración promovida por el Centro de la Mujer de Manzanares en la plaza de la Constitución a las 12:15 horas.
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